LEER O NO LEER... EL QUIJOTE
Hoy es uno de esos
días que me siento emprendedora. Y aunque poco puedo hacer, pues el
sofocante calor aplatana a cualquiera, he decidido hacer limpieza
general.
Comenzaré por el
salón. ¡Madre mía! No sabía que tenía tantos libros. Esa manía
mía de comprarlos para dar un aire más intelectual a la casa,
debería haberla cortado hace tiempo. Decidido... empezaré a
amortizarlos. ¡Eso es!... dejaré el plumero para otro día.
A ver... No sé cuál
elegir. ¡Hombre! El Quijote. ¿Cuántas veces me he propuesto
leerlo? Nunca las he contado, por supuesto; pero sopesar la idea...
muchas, como casi todo el mundo ha hecho en alguna ocasión... y yo
soy parte de ese mundo. Cada vez que veía este “tocho” me echaba
para atrás... ¡En fin!, ya está bien de cobardía. Hoy 19 de
Agosto, he decidido leerlo.
Lo cojo en mis
manos... unos 500 gramos. ¿Pero qué hago? ¡Estoy actuando como una
báscula! ¿Acaso puede influir su peso en mis ganas de leer? ¿Lo
estoy tomando como una condena? ¡Por favor Adriana, que nadie te
obliga! Respiro. Lo abro. El prólogo empieza en la página 7 y su
lectura acaba en la 713, y aunque también podría leer el índice...
tampoco voy a ser abusona..., hacen una diferencia de 706. Vamos a
ver... si quitamos las ilustraciones, que se supone son unas setenta
y siete páginas, por medio libro –las he contado a ojo–...
entero, serían 154. Si esta cantidad se la restamos a las 706... nos
quedan 552 netas...¡uf!
Ahora toca distribuir
su lectura. Creo que no más de dos páginas por día estará bien,
pues pienso hacerlo a conciencia e intentando disfrutar... si es
posible; aunque mirándolo nuevamente... lo dudo. A este ritmo
tardaría en terminar 276 días, que son más o menos... ¡9
meses!... un parto en toda regla.
No sé, ¡que mal
rollo me da! Mi situación de soltera independizada, no es compatible
con la palabra “parir”. Aunque pensándolo bien, también podría
leerme una al día... y así tardaría 18 meses.
¡Qué pereza!... ¡año
y medio para leer un libro! … Creo que lo restituiré a la
librería. ¡En fin!... que no se diga que no lo he intentado... y ya
van... ¡lástima que no lleve la cuenta!
Empiezo el régimen para la comida, mañana.
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