NANA
Duerme mi pequeña Nana,
duerme sin temor,
pues el eco que escuchas,
son los latidos de mi corazón.
Cierra
esos dos luceros,
que
iluminan tu cara,
para
que mañana se abran,
cuando
alegre llegue el alba.
No
llores mi linda Nana,
que
siempre te acompañarán,
las
caricias y los mimos,
que
de mi mano saldrán.
Quédate
así dormida,
que
la noche ya llegó,
y
las estrellas miran por la ventana,
tu
inocencia y tu dulzor.
Descansa
mi preciosa Nana,
que
mi voz te arrullará,
y
mis brazos serán tu cama,
que
suavemente te acunarán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario