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17 de diciembre de 2013

PRETÉRITOS



Pinto un instante de tiempo,
antes de que se acabe.
Perfilo la desnudez de su voz;
seca, tajante, cercenando
casi sin darme cuenta,
hasta los recuerdos
que se queman en mi espesura.

Contemplo lo efímero en estado puro,
y él me sujeta con fuerza,
traspasándome,
buscando otros tiempos que
vivieron antes que él;
y yo, débil ante su poder, me dejo llevar.
Soy la niña que corre feliz entre las hojas secas,
la joven que camina deprisa
buscando ansiosa citas a ciegas con la vida,
la mujer que lleva tatuados colores de cal y arena.

Los vientos traidores
trenzan suspiros a mi alrededor,
y la savia dormida en la periferia del invierno,
me anuncia que ya nunca más
habrá flores que soplen en mis venas.




21 de septiembre de 2013

EL GIRASOL YA NO BAILA

(acuarela de mi autoría)

Naciste para bailar tango
agarradito a los rayos del sol.
Cadencioso tu movimiento de cabeza,
exuberante e intenso tu rubor.

Era tiempo de abrazos,
de sueños, de horas que volaban
sin nada más que mirar.
Amantes compartiendo el mismo lecho y
ciegos de tanto amor.
Y llegó la madurez y la pasional
historia terminó.

En el aire crepuscular solo queda
el eco de la lejana música,
mientras cabizbajo ves pasar
las horas de tu triste soledad.
Vida que empezó en otra primavera,
muerte que llega de puntillas
cuando el equilibrio emprende el vuelo.

Pronto serás oleada de crespón negro
bajo un océano de nubes, que si acaso miran,
solo será por azar.



11 de junio de 2013

UN CORTO PASEO

 




























Bajo la empinada cuesta que deja atrás el pueblo. Un pueblo aún impregnado de la soledad invernal, donde sus todavía escasos habitantes sueñan con el estío, mientras añoran la típica primavera con suaves lluvias, exenta de tanta nube negra y este álgido viento.

Tan solo a mi derecha resurgen de nuevo los escasos huertos cultivados. El resto son terrenos que sus dueños, ya mayores, dejaron liegos para banquete de la ambiciosa y avara broza.

Y el “Abión”, silencioso, que parece bajar olvidado antes de alcanzar el puente, atraviesa los ojos de hormigón para llorar espuma. Más abajo, su cauce, otra vez con sombra luctuosa, se alarga entre chopos reventones y vegetación generosa. Y así con arpegio cambiante, con rostro versátil, va renaciendo en las horas tristes para inexorablemente morir un segundo después.

Ya en la “carrera” contemplo el verdor del trigo a un lado y el tono más suave de la cebada al otro. Mecidas sus espigas por el viento parecen dialogar sobre la eternidad, y yo en medio mirando para ambos lados sin decidir por cual de los campos echar a correr.

Simplemente Soria, con sus sueños y silencios.
Caminante con su frialdad a cuestas,
que porta dormida la mano del poeta.

17 de abril de 2013


acuarelas de mi autoría


Tierra tan solo. Tierra.
¿Donde quedó aquella extraña tarde
en la que nos despedimos;
cuando mis ojos perdidos ya en tu ausencia,
abonaron las efímeras huellas de nuestro porvenir?

Emprendí un largo camino
porque me negaste una última oportunidad;
y marché dolida para dejar caer los años
en otra tierra que me amara.

Trescientos cuarenta días después,
y aún sigo emborrachando esta maldita soledad
con la última imagen que dejaste prendida en mi retina.


14 de marzo de 2013

POEMA Y PINTURAS CON ACUARELA





La noche,
es esa alcoba de miradas,
pasiones y silencios,
donde la luna marca el tiempo
de los sueños que se van.

Es hermoso compartir su vacío,
cuando suspiros, blasfemias o locura,
han quedado ocultos tras su sombra
quizá esperando al próximo inquilino–
Porque la noche tiene un poder extraño,
que abre la boca con el corazón en carne viva,
y ella lo sabe–

Es malvada, es testigo, jurado y ejecutor...
es esa cálida muerte que nos abraza.

20 de febrero de 2013

Y SONÓ EL ADIÓS (FINALISTA DEL I PREMIO DE POESÍA LA PEREZA)

(Óleo de Carolina Torres)


Y otra tarde más las agujas avanzan lentamente
apuntando al frío metal que las acorrala,
y a lo lejos las frágiles sombras
de apariencia desconcertada se esconden
con premura de la sorda inclemencia,
y mis ojos –que aprendieron de los tuyos–
se han cegado tras el cristal.

Y empieza a llover, cuando mi memoria
cuenta los lunares de tu espalda,
y mi dedo, evocador los dibuja
en el húmedo empañado.
Y le pregunto a la lluvia
que es docta en conducta humana–,
¿acaso una lágrima no lastima más que un puñal?
Y ella detiene un segundo su golpear
para acto seguido desplomarse herida hacia el hueco
de unas calles sucias y casi desiertas.
Todo es espejo oscuro, ausencias que persisten,
y caminos que ya no importan.

Y sigue lloviendo por ambos lados de la ventana.

8 de enero de 2013

DESPEDIDA



Yo ni nací poeta, ni moriré poeta.
Mis palabras, solo fueron un lapsus
en el genocidio de mis sentimientos.
No sé porqué no quedaron allí donde habitaban;
en el vestíbulo de la incompetencia.
Nadie las llamó, miento sí;
el egocentrismo que las poseía.
Ahora ya salieron, y es muy fácil juzgarlas.
En la sentencia no cabe la duda
y todas, sin excepción,
están condenadas a muerte.

21 de diciembre de 2012

¡FELIZ NAVIDAD!



Creo que al menos hay dos épocas en el año donde pensamos que la vida camina a pasos agigantados. Una es en el cumpleaños, y otra, llegadas estas fechas. Es inevitable pensar aquello de: Unas navidades más ¡cómo pasa el tiempo! Quizá solo sean “cosas de viejo” como le decía a mi madre años ha, ante esta tradicional frase; pero resulta que llevo unos cuantos en los que no puedo evitar corroborar su comentario. ¿Me estaré haciendo vieja?, me pregunto ante ciertos pensamientos compartidos con ella y con mi padre.

Tal vez el tiempo no perdone, pero tenemos que aprovechar al máximo éstos y todos los momentos posibles de recogimiento familiar. Esa cercanía, esa complicidad, ese cariño, tenemos que disfrutarlo siempre al máximo, pero en estas fechas tenemos que elevarlo al infinito si es posible. Nunca dejemos que la vida pueda con nosotros, cosa que nunca hará si tenemos el amor de los nuestros.

Desde aquí os deseos unas muy felices fiestas. Solo hacedme un favor: disfrutarlas al máximo. Un beso grande mis muy queridos amigos.

(Os dejo un breve poema y un video con fotos de mi querida tierra soriana que ahora visitaré más a menudo)


Qué breve es el rubor que tiñe la inocencia.
Qué gozosa la juventud
que amaneciendo con timidez
vive y muere en vehemencia.
Qué sosiego se adhiere
a los pliegues de la madurez,
y qué apatía anida en la vejez
cuando la ilusión se quedó en el camino.

15 de diciembre de 2012

SILENCIO AMORTAJADO

(Goyo Hueso)


Aquí moriré yo,
entre sollozos fundidos y piel enjuta.

He retrocedido callada tantas veces
al sentir mi alma ignorada,
que mi mano carece ya de fuerza
para sujetar el infinito pasado
que llora dentro de mí.

En mi lienzo
la vida pintó colores,
y hoyuelos en los que ahondar,
hasta que esa conjunción extraña,
que forma tu sonrisa sáxea
y esta insania que siento por ti,
lo han convertido en acuarela turbia
de luz difuminada.

Mi vida es ahora un manantial de versos heridos,
de arpegios desgarrados
que se hunden en las fisuras de un paisaje
donde ya nada es posible.

Aquí moriré yo,
acurrucada en un rincón de esta mole fría,
esperando que las campanas tañan a muerte
por esta triste soledad.



1 de diciembre de 2012

AYUDA URGENTE



Mi querida amiga Lobezna pide ayuda desde su blog http://lobezna888.blogspot.com.es/ para la protectora de animales Faunasol, ya que tras el terremoto del pasado año y las inundaciones de septiembre, el albergue ya no tiene instalaciones. Precisan cualquier clase de colaboración para amparar y cuidar a los perros y gatos que tienen. Veréis que fotos más tiernas.

Os invito a visitarla para que podáis ver completa la entrada, y así decidir de qué manera podéis ayudar. Os dejo el nº de lotería que venden. Un nº precioso que seguro traerá suerte, sobre todo porque se lo merecen.
Dejadla vuestro correo electrónico en un comentario si estáis interesados en el décimo y ella se pondrá en contacto con vosotros.



Cualquier detalle que podáis tener será bienvenido. 
Gracias por todo queridos amigos.

28 de noviembre de 2012

DOS ACTITUDES, UNA VIDA



El hombre camina deprisa. El reloj marca las 17 h. apenas tiene 15 minutos para llegar. Odia tener que ir al médico. ¡Qué asco de otoño!, piensa. Las calles llenas de hojas secas, polvorientas, rotas... viejas. Tapando las mierdas de perro que antes esquivaba y ahora apenas puede adivinar. Y esa niebla pegajosa que se le adhiere y hace que tenga más frío.

La sala de espera está llena. Alguien dice que el doctor lleva una hora y media de demora. Se desespera y está a punto de marcharse, pero aun así prefiere esperar a tener que hacer otro día el mismo recorrido.

Alguien tose cuando pasa por su lado. Contiene la respiración; no quiere aspirar ningún virus. Cuenta la gente joven que hay, y luego las personas mayores. 3 a 8 es el resultado. “Estos viejos no tienen otra cosa que hacer. Ahí están tan tranquilos, como si no fuera con ellos el retraso”. Mira especialmente a uno, que con cara risueña sonríe a un niño que juega.

Por fin le llaman. Se sienta nervioso. Los resultados de los análisis están perfectos.

Está hecho un chaval –le dice el doctor.
Pues tengo mareos.
D. Arturo, lleva años con ellos. Ya le dije que son de las cervicales, y tendrá temporadas mejores y otras peores; pero qué más quisiera yo, que estar como usted a sus 77 años.

Se marcha pensando que estos médicos no le entienden.Vuelve a pisar el mismo descuidado paisaje, pero ahora más enfadado si cabe.

==000==

El hombre camina despacio. Sabe que tiene tiempo de sobra para llegar puntual a la cita. Pisa sobre el otoño. De niño le encantaba precipitarse por la sequedad de las hojas. Corría por los senderos y se dejaba inundar de esa estación mágica. Una hoja cae delante de él y detiene su baile oscilante cogiéndola al vuelo. La huele y se la guarda en un bolsillo. El viento arrecia y aún así se sienta un instante en un banco; está fatigado. Ahora es una lluvia de colores ocres y amarillos, lo que le rodea. Cierra los ojos y respira despacio.

Llega a la consulta justo cuando el médico sale para decir que lleva una hora y media de retraso. No le importa; por el contrario piensa en lo cansado que acabará hoy el joven doctor.

Introduce la mano en su chaquetón y palpa la calidez y la fragilidad de la hoja. Sonríe; y así, mira embelesado cómo juega un niño. En lo más hondo de su corazón, desea que sepa apreciar los otoños que le regale la vida. Luego mira al malhumorado hombre sentado frente a él, y siente pena.

Su consulta apenas dura cinco minutos. Hoy ha venido por un simple catarro. Sabe que no habrá más, y aún así quiere curarlo. Se despide del médico. Quizá sea el último apretón de manos.

¿Sabe doctor? Creo que no soy tan valiente como creía y sin embargo sí más cobarde de lo que pensaba; pero hoy es un día maravilloso y sé que mañana también lo va a ser.

Regresa con el mismo ánimo. No... más intenso; porque cada minuto que le queda piensa saborearlo despacio. 

12 de noviembre de 2012

EL MENDIGO Y LA NAVIDAD




Sentado en un banco deslucido y desvencijado por el paso del tiempo y de las personas, se hallaba un mendigo. A pesar de su pobreza, demostraba día a día lo único que le quedaba: su dignidad. No quería dar pena, ni mostrar a la sociedad su miseria; por eso, en la medida de sus posibilidades vestía pulcramente y se comportaba quizás un poco altivo.

Pablo le había visto por primera vez hace una semana, en un barrio del extrarradio cuando fue a solicitar un trabajo de Papá Noel. Era uno más entre los cincuenta que se presentaban ese día, y aunque por desgracia muchos aspirantes parecían cohabitar con la carencia de recursos económicos, la actitud equilibrada y serena que manifestaba aquel hombre, es lo que hizo que llamara su atención.
Acercándose al frío banco situado frente a los grandes almacenes y eternamente ocupado por el indigente, Pablo se sentó junto a él.
Parece ser que ninguno de los dos conseguimos el traje rojo –dijo mirando al frente.
No sé a que te refieres –respondió el mendigo en tono indiferente.
¡Al papel de nuestra vida! Hacer jo,jo,jo, mientras mareamos la campana y a los viandantes.
Observándole detenidamente, reconoció al joven que desde hacía unos días pasaba frente a él con mirada risueña y extrañamente familiar.
No era un trabajo bien remunerado –replicó el mendigo, desganado de conversación.
Ya, pero por lo menos habríamos tenido para despedir mejor las Navidades –dijo Pablo.
Para mí son todas iguales desde hace veinte años.
¿Es el tiempo que llevas en la calle?
Más o menos.
Parece que ni la Navidad, ni la gente te gusta mucho; noto cierto resquemor en tu tono.
Ambos son iguales. Hipócritas y consumistas.
Eso depende desde el punto de vista que se mire.
El mío es totalmente objetivo. Todo es falsedad. Los individuos son mezquinos, mediocres y egoístas. Basan su existencia en enriquecerse, denigrando y aplastando al prójimo, y ¡las Navidades! las han desvirtuado a su antojo para seguir satisfaciendo su materialismo.
Vaya, veo que eres bastante radical, pero no todo el mundo es así.
La mayoría.
Yo sin embargo, creo en la gente y en las segundas oportunidades. En algún momento se pueden dar cuenta de su falta de moralidad y sacar a relucir el idealismo que todos llevamos dentro.
Tú si que eres un idealista. Idealista e inocente.
Por cierto, me llamo Pablo. ¿Y tú?
Llámame Antagonismo –dijo sin mucho aprecio.
¡Vaya! Algo muy gordo te ha tenido que ocurrir para guardar tanto rencor.
Yo no mido el tamaño del hecho, ni sus consecuencias; pero sí la insensibilidad y la falta de escrúpulos de quien lo realiza.
Cada mañana, Pablo se sentaba en el banco para compartir bocadillo y conversación. Ese sábado llevaba a cuestas su guitarra, pues había quedado con unos amigos para "darle al cante".
Toma, hoy es fiesta. Nos ha tocado de jamón.
Ya veo –añadió el mendigo–. ¿Qué llevas?, ¿una guitarra eléctrica o acústica?
Acústica –dijo Pablo asombrado–. ¡Vaya! ¿Te interesa la guitarra o la música?
Ahora no me interesa nada. Antes, la música.
¿Te dedicabas a ella?
Era compositor.
!Qué casualidad! En mi grupo somos mi amigo Juan y yo quienes componemos las canciones. Aunque tengo que reconocer que mi padre, nos echa una mano de vez en cuando.
Y ¿qué tal os va? –comentó más bien por cumplir, que por interés.
Bueno … de momento, como miles de grupos aficionados, solo hacemos maquetas y tocamos de vez en cuando en algún local donde los amigos celebran fiestas.
¿Te puedo dar un consejo? –dijo el mendigo.
Claro.
Cuando veas que las cosas mejoran, ten cuidado; pues seguro que la codicia florece a tu alrededor.
No sé porqué lo dices. Mis amigos son gente legal.
Sólo estate atento.
Eran las seis de la tarde de la víspera de Nochebuena, cuando Pablo llegó corriendo y ocupó su sitio en el banco. A pesar de la tarde gélida, llegó acalorado.
!Hola! Estoy agotado. Acabo de venir de clase y he quedado con mi madre para hacer unas compras.
De Navidad, claro.
No sé como decírtelo para que no te ofendas, pero he hablado con mi familia y les he dicho que vendrías a cenar en Nochebuena.
Ni soñando.
Pero ¿por qué? Déjame demostrarte que la gente no es tan mala como piensas.
He dicho que no. A mi no me metéis en vuestro juego. ¿Que pretendéis?, ¿redimir los egoísmos que lleváis innatos y que manifestáis a diario, con un acto de misericordia navideña?
¿Acaso me comparas, con el resto de la gente que tanto odias?
No. Tu eres diferente –dijo un poco apesadumbrado.
Lo soy y lo sabes, porque en este tiempo has permitido que nos conozcamos y si a ellos les dieras una oportunidad, verías que son como yo.
Me lo pensaré –dijo el mendigo, zanjando la conversación.
Era Nochebuena y después de meditar toda la noche anterior, decidió acceder a la solicitud de Pablo. Tardó una hora en llegar, ya que el albergue donde dormía estaba un poco lejos; pero fue puntual. Llamó a la puerta y su único amigo le recibió con una sonrisa.
Pasa y dame tu chaquetón. ¿Me vas a decir tu verdadero nombre, o te presento como Antagonismo?
Me llamo Ricardo.
Muy bien. Vamos al comedor y te presentaré a mi familia.
En dicha estancia se encontraba su madre y sus tres hermanos. Hizo las presentaciones.
¡Buenas noches! –dijo el padre de Pablo, según entraba por la puerta del salón.
¡Hola papá! Te presento a Ricardo.
Pablo estaba desconcertado, tanto su padre, como su amigo se quedaron petrificados uno frente al otro. No sabría explicar exactamente qué clase de sentimientos afloraban al semblante de cada uno. Miraba a un lado, incredulidad y desconcierto; miraba al otro, recelo y desasosiego.
¿Ocurre algo? –exclamó Pablo, atónito.
Que te lo explique tu padre –dijo Ricardo saliendo por donde había entrado.
¿Papá?
Es tu tío.... Mi hermano.
¿Qué hermano?, ¿el que se supone que murió hace veinte años en un accidente?
No hubo tal accidente. Desapareció un día tras una discusión y no volví a saber más.
¿Y qué ocurrió?
La culpa fue mía. Le robé los derechos de autor de una composición.
¿Quéee? ¿A tu propio hermano? Ahora comprendo su manera de pensar y actuar.
Fue una barbaridad lo que hice, y el remordimiento me ha acompañado todos estos años. Intenté localizarle, pero no pude.
Pero, ¿qué te llevó a actuar así?
No sé. Me lo he preguntado muchas veces. Quizás la insensatez de la juventud.
No papá, la insensatez no; la avaricia y el egoísmo. ¿Y te ha merecido la pena?
!Por supuesto que no! Perder un hermano duele mucho.
Pues fíjate él, que además de “perderte”, está viviendo en la calle. ¿Qué vas a hacer para recuperarle?
¿Hacer? ¿Qué insinúas?
No insinúo, te lo digo claramente. Tienes que ir a hablar con él e intentar que te perdone; pero ya te digo, que te va a costar. No se fía de la gente.
Transcurrió un mes de visitas diarias al frío banco, tanto de Pablo como de su padre, para que Ricardo comprendiera que el arrepentimiento de su hermano era real y sincero; pero no porque fuera Navidad, sino porque lo lamentó desde el momento que se produjo el desafortunado incidente.


25 de octubre de 2012

DESPEDIDA (momentánea)


Por carencia de tiempo y por exceso de impulsos nerviosos, tomo unas vacaciones; que no serán tal, porque cuando un vástago decide volar ¡qué complicado es todo!

Seguiré asomando a vuestros blog de vez en cuando, pues la adicción que tengo a ellos, no creo que pueda controlarla. También intentaré colgar algún escrito, pero eso ya son palabras mayores. Os dejo cuatro versos que se me cayeron tras un comentario a Rafael, ilustrados con la siempre magníficas obras de Leonid Afremov.




La lluvia me detiene en tus brazos,
esta tarde marchita de otoño.
Presurosa sacude mis soledades,
mientras indiscreta fisgonea
en tu rostro de dios Apolo.

Cómo pude vivir hasta ahora
pienso mirando la inmensidad de tus ojos–.
Cómo no soñé con tu boca,
en las peinadas noches de mi reposo.

Benditas las gotas
que se arrojan de lo alto en silencio,
para cantar al oído del alma;
ellas son la caricia del aire,
y tú el respirar que me falta.


15 de octubre de 2012

PUBLICACIÓN DE MI VIDEO-POEMA BAJO LAS NUBES, EN EL BLOG DE MARÍA



María, del sensual blog “algo más que palabras”, http://poemasrecopiladosdemaria.blogspot.com.es/ y a quien muchos de vosotros ya conocéis, ha tenido la gentileza de publicar mi video-poema “Bajo la nubes”.

Todo lo que os diga sobre su altruismo literario, es poco. No sé a través de quién la conocí, o si fue la elegancia y sensualidad de sus letras las que llamaron mi atención; pero ese camino encendido de pasiones, que es su espacio, nos cubre en cada sorbo y a cada paso. Esa belleza cercana, ese erotismo generoso que moldea su poesía deja un velo para soñar, o un impulso al que sucumbir.

Os invito a pasar por su blog y comprobaréis que no exagero, que igualmente os rendiréis ante su incitante y atractiva pluma.

Gracias de nuevo María. Y gracias a todos los que crucéis esta puerta hacia su arrebatador espacio.


Este premio es para ti María, por ese aroma especial que tiene tu blog.


11 de octubre de 2012

JUICIO AL SOL (finalista certamen literario)




El Rey iba a ser juzgado; lo que provocó gran expectación. Las estrellas que estaban en primera fila, a escasos 10 años luz, cuchicheaban sin parar. “Dicen que ha provocado lesiones a más de veinte millones de individuos”. “Y la muerte a cien mil”, “Y eso solo en este año”. “¡Es que es un engreído! Yo voto porque lo destituyan y coronen a Saturno”. “¿Por qué no puede ser una reina? La Luna también es muy influyente, y no tiene rayos que quemen”. “Ros 154, tan feminista como siempre”...

Callaron cuando habló la acusación particular. Venus y Mercurio, expusieron todos los daños que el Sol había provocado: incendios, desprendimientos glaciales y como consecuencia la subida de las mareas, quemaduras en la piel de los humanos, ceguera...

Llegó el turno de su abogado. Marte, llamó como testigo a la Tierra, quien declaró que son precisamente algunos individuos que la habitan, quienes no tienen conciencia del daño que provocan en su capa de ozono, siendo además unos irresponsables cuando no ponen los medios necesarios para protegerse de ciertos rayos solares. El planeta rojo terminó su alegato diciendo: “Si bien es verdad, que las llamaradas que emite, que por otro lado no puede evitar, aumentan la cantidad de radiación; es precisamente la luz y el calor de mi defendido, lo que hace que esos seres puedan vivir en un gran planeta. Nuestro Rey les provoca bienestar, alegría, fortalece sus huesos, les protege de muchas enfermedades. No tenéis nada más que mirar a los humanos que viven en lugares donde él brilla a sus anchas. Con esto quiero demostrar que donde hay salud, hay calidad de vida; y él la despliega a raudales. Si hay alguien a quien se debería juzgar, sería precisamente a muchos de esos individuos que pueblan la Tierra”.

Todos giraron sobre sí mismos en señal de aprobación. El resto de planetas acordaron por unanimidad absolver al Sol, e inmediatamente iniciaron un proceso contra los habitantes de la Tierra. Estarían vigilantes, contrastarían versiones y recopilarían pruebas. Una vez verificado todo, decidirían el veredicto y el castigo para quienes lo mereciesen.

Marte nunca dudó de la inocencia del Rey.

8 de octubre de 2012

OTOÑO QUE ARAÑA

 



Entre lluvias que besan cristales,
y hojas que secan sus besos,
siento nacer la tristeza,
que va calando en mis huesos.

Llega el otoño silente,
con piernas largas y grandes ojos,
dejando sobre mis fantasmas,
una pincelada de amarillo y dos de rojo.

¿Por qué me miras...
y así me hablas?
¿Por qué te escucho...
y no me salen las palabras?

Atraviesas mi espacio,
como el aire, la mañana;
y yo me hundo en tus brazos,
aún sabiendo que pierdo el alma.

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