LA COMETA Y LA MARIONETA
-Cometa de altos vuelos
que en el cielo
navegas,
ora sintiendo el sol
en la cara,
ora entre lluvias y
tormentas.
Reconozco que tengo
envidia,
de esos paseos sin
prisa,
y de esas caricias
traviesas
que el viento te
prodiga.
Quisiera estar en tus
coordenadas
bailando con la brisa,
y cuando estuviese
cansada,
descender hasta la
orilla.
-¿Por qué piensas
así marioneta?
¿Crees que soy libre
por estar aquí arriba?
Mírame bien... que
como tú, estoy atada;
aunque mi frágil
cuerda sea larga y comprensiva.
-¡Pues claro que te
envidio!
porque impetuosa
caminas,
y tienes la libertad,
más cerca de lo que
imaginas.
Yo sin embargo nací
esclava...
y después de un vida
vacía,
moriré a estos hilos
anclada.
-¡Marioneta de ojos
tristes,
de mirada lánguida y
perdida!,
gimes y lloras en la
sombra
viendo un mundo, que
ya no te importa...
pero esta triste
cometa,
se cambiaría por ti,
si pudiera;
pues mi media libertad
no es tan hermosa,
como hacer feliz a un
niño,
arrancando una sonrisa
de su boca.
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