(Pintura Edward Cucuel)
Se
me amontona la soledad,
bajo
los pliegues del alma.
¡Qué
doloroso es saber,
que
tus besos me engañan!
Intuí
que eras ave peregrina,
con
las alas desplegadas;
pero
solo quise ver cisne,
en
mis azules aguas calmadas...
y
si bien el mundo me advirtió,
de
tus vanas palabras;
en
mi empañada racionalidad,
acepté
el vino que me dabas.
Quisiera
morir detrás del arcoíris,
o
sobre la espiga dorada;
en
un atardecer...
que
no me muerda las entrañas,
o
en una rosada aurora...
que
me quiera, como tú me amabas.
¡Soledad!
Ayer
lloraba porque no estabas...
hoy
muero porque me hablas.
La soledad es maravillosa cuando tienes un amor con quien compartirla. Bello poema.
ResponderEliminarBesos
Hola Teresa!
ResponderEliminarEn primer lugar darte las gracias por comentar mi poema en el blog de Jorge y por haber venido a conocerme después al mío,sabes que allí estarás rodeada de amigos y puedes pasarte siempre que quieras.
Y en segunda lugar,decirte que tu poesía es hermosa,escribes muy bien y en éste particularmente dejas tus sentimientos dibujados sobre la falsedad del ser humano y la soledad en la que todos nos encontramos en algún momento de nuestra vida.
Tan deseada y tan temida a la vez.
Te he enlazado para poder volver.
Un abrazo!!
Totalmente de acuerdo José Manuel. La soledad no siempre es amarga.
ResponderEliminarGracias por tu paso. Besos.
¡Hola Estrella! Gracias por tu paso y tu invitación. Será un placer pasear por tu blog. Lo que he visto me ha encantado.
ResponderEliminarGracias igualmente por tu elogio. La soledad... tan temida... y tan buscada. Fuente de inspiración continua.
Besos.
Hola, Teresa:
ResponderEliminarLa soledad es buena compañía, cuando se mira un bello atardecer...
Abrazos.
Teresa:
ResponderEliminarVine a agradecerte la visita a mi espacio y me encontré con un blog muy bello, desde la estética hasta las entradas.
El tema de la Soledad parece agotado, pero le has dado un nuevo aire. Me gustó.
Te sigo.
Un beso enorme.
HD
¡Hola Rafael!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. A veces las cosas bellas se saborean mejor en soledad.
Besos.
¡Hola Humberto!
ResponderEliminarSé bienvenido. Gracias por tus halagos a mi sencillo blog y a este poema, y gracias a ti por compartir con tantísimos seguidores, tus fascinantes letras.
Nos vemos. Beso.
Paso a saludarte y agradecerte tu paso por la orilla de las palabras. Espero que sigas yendo por allí.
ResponderEliminarVeo que dominas la poesía; también los micros y relatos. Pasaré con más calma y más tiempo entre las amapolas, tus amapolas, Teresa.
Este poema de soledad está muy bien ensamblado, tiene musicalidad y me recuerda a los viejos poemas románticos. Y eso, por supuesto, no es negativo.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
¡Hola Mos!
ResponderEliminarPor supuesto que iré. Es un placer leerte.
Gracias por tu visita y tu cariñoso comentario. Es que me encantan los viejos poemas, como bien dices. No lo puedo evitar. En el fondo debo ser una romántica.
Abrazos.
Romántico... muy romántico.
ResponderEliminarAbrazo
Teresa
¡Hola Teresa! ¡Qué grato sentirte!
ResponderEliminarA veces pienso que el romanticismo agoniza. Lo digo porque hay momentos que cuesta encontrarlo.
Muchas gracias por tu paso. Un enorme abrazo.