Despertó
en la oscuridad. Le dolía todo el cuerpo, pero sobre todo la cabeza.
Solo fue cuestión de segundos recordar lo acaecido.
Había
quedado con Alejandro para tomarse unas copas. Ya de madrugada y con
unas cuantas encima, llegaron a un garito clandestino. Había estado
en muchos, pero ninguno como ese. El lujo rondaba por cada esquina,
tanto en su decoración, como en los clientes. Después de varios
salones, pasaron a uno muy peculiar, donde las luces indirectas
iluminaban una extraña ruleta. Constaba de casillas blancas y
negras, y en ellas había palabras escritas en un idioma que no
entendía. Su amigo le explicó el significado. Blancas: vida, además
de dinero y poder. Negras: muerte, y modo de morir. El dueño de todo
era el único que ejecutaba la sentencia; para lo bueno, o para lo
malo. “Como en el matrimonio” recordó haber dicho. Solo había
una manera de salir de allí, y era rico o muerto.
La
verdad es que no recordaba haber bebido tanto como para sentirse tan
mareado, y ser tan inconsciente como para lanzarse al diabólico
juego. La singular ruleta giraba y giraba hasta que el puntero se
paró, quedando entre dos negras. Alguien situado a su espalda, le
susurró al oído: muerte/acogotamiento. Luego... dolor y oscuridad.
“Estoy
vivo. Parece ser que no era la única manera de salir de allí”.
Una
pequeña rendija dio paso a una claridad cegadora. Un rápido
vistazo, le hizo comprender que estaba en un ataúd. Apenas pudo
dirigir su mano a la nuca, cuando apareció el rostro de su amigo.
–¡Alejandro!,
ayúdame a salir –dijo intentado incorporarse– ¡Vaya! El cabrón
ese se ha quedado con las ganas de verme morir.
–No
creas –respondió su amigo– recuerda que el indicador quedó
entre dos opciones. La otra era: muerte/enterrado vivo.
Y
acto seguido se oyó el sonido hueco de una tapa al caer.
Jo...
ResponderEliminarNada peor que quedar entre dos aguas.
Me dejas pensando porque hay quien juega a estos juegos de verdad en la vida, ya sea la ruleta rusa o a mantener relaciones sin protección con alguien que tiene sida.
Escalofriante relato, Teresa, una vez más, te felicito.
Besos
¡Vaya! Me ha Impactado este relato, Teresa.
ResponderEliminarQuedar entre dos opciones parece que es la peor jugada.
Muy bueno, Teresa...aunque escalofriante.
Un abrazo.
BRILLANTE RELATO, el juego bipolar generalmente termina como un barco encallado.
ResponderEliminaraludos desde Copenhague sumida en la nieve,
Ian.
Como dice el refrán: "Lo bueno si breve, dos veces bueno"
ResponderEliminarExcelente el relato, bien narrado y fácil de entender; cosas que hoy día difícilmente coinciden.
¡Eres grande teresa!
el quiebre es genial!!!
ResponderEliminarese toque de perversión es exquisito en el relato
felicitaciones Teresa
feliz fin de semana
Mi querida Teresa,
ResponderEliminarcada día te superas!!!
Un placer leerte, entenderte, sentirte.
Un abrazo cariñoso.
Gracias por estar siempre cerca.
Juego macabro, con un final sorprendente, el desconcierto de una mente decidida a ganar, pero todo se da vuelta y la muerte juega su papel ganando la partida...
ResponderEliminarExcelente Teresa, un relato fantástico.
Gracias!
Un beso grande
Te olvidaste de decirnos la dirección del garito, para evitarlo más que nada.
ResponderEliminarFantastico Teresa.
Gracias por vuestros cumplidos. Saber que siempre puedo contar con vuestra lectura es gratificante y motivador.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Terrorífico relato,(pero muy bueno) de esos que te ponen el vello de punta.
ResponderEliminarBuen finde
Besos
Se me encogio el corazon. Y pensar que puede haber sitios parecidos y gente tan loca...
ResponderEliminarUn relato muy bueno, enhorabuena. Un bessito
Hola Verónica. Hola de nuevo Men. Si da un poco repelús, la verdad; pero es lo que tiene cuando escribes algo de terror... una misma se sorprende de la historia que resulta jejeje.
ResponderEliminarBesitos y gracias.
Recorde esas personas que participan de juegos macabros
ResponderEliminarQuerida amiga tu imaginacion es tan asombrosa como tus letras. Un abrazo
Un buen final para un relato muy interesante. Ha sido un placer pasar un buen rato disfrutando de tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Teresa,un gran relato muy bien llevado,preciso y contundente,amiga.
ResponderEliminarEl hombre toca los límites entre la vida y la muerte y no es consciente de que ha de valorar el regalo de la vida,cuidarlo y potenciarlo,elevando su espíritu hacia la inmensidad.
Mi felicitación y mi abrazo grande en esta mañana de domingo,Teresa.
M.Jesús
un placer como siempre
ResponderEliminarte espero en mi blog
un saludo
Roberto
Gracias a todos, de verdad. Es grato sentir el paso de los amigos.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Horripilante juego para una horripilante historia. Bien secuenciado el relato siempre con ese punto sorpresivo final que tan necesario se hace en ciertos relatos.
ResponderEliminarMe ha recordado a "Buried" la película que transcurre toda ella con el protagonista vivo en un ataud.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Ufff, que fuerte¡¡¡
ResponderEliminarLos pelos de punta¡¡¡¡
Un besote.
Gracias Mos. Gracias Niebla. Si es verdad que es un pelín macabro.
ResponderEliminarBesos y abrazos amigos.
Un cuento corto con los ingredientes de rigor, y además muy bien escrito.
ResponderEliminarCelebro encontrarte Teresa. Mi fuerte es el relato, aunque opto, debido a que son largos, por la prosa breve.
Un placer leerte,
roberto
Gracias Roberto por tu paso.
EliminarBesos.
Jugar con la vida y la muerte, puede ser un juego macabro.
ResponderEliminarMaganifico relato, Teresa, digno del mejor guión de cine.
Besos
Me halagas con lo de mejor guión... y el premio es para... jejeje.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besitos.