Vida, que no es vida.
Vida, que no es muerte.
¿Qué es tu vida?
¿Qué es la mía?...
un aguijón de dolor que
se clava día a día.
Con los ojos me pides libertad...
libertad que tu alma anhela;
pero solo tu mente tiene,
la llave de su condena.
Y aunque hace tiempo la tiró,
al mar del desconsuelo;
buceando entre tormentos,
la recogí del suelo.
En cada instante te la entrego
entre besos y abrazos;
con el corazón arañado,
por ver el tuyo dañado.
Mas tú no quieres cogerla y
tus ojos me piden otra libertad:
la absoluta... la eterna...
y me dicen... sin dejar de mirar...
¡Quítame el dolor!
¡Arráncame el aguijón!
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